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Las especies animales importantes para la producción de alimentos y la
agricultura son el producto de procesos de domesticación. Este proceso,
comenzado hace 12000 años con los ancestros salvajes, se prosigue en nuestros
días. Las relaciones evolutivas uniendo a la mayor parte de las especies de
mamíferos domésticos son resumidas en la figura 1.4.1. La domesticación de las
especies animales comprende el control de la reproducción en provecho de una
comunidad humana. En la medida que el hombre ha evolucionado y extendido el área
bajo su control, los animales han sido modificados para satisfacer las
necesidades humanas en esos nuevos ambientes. Razas genéticamente diferentes se
han desarrollado bajo el efecto de la interacción entre la selección hecha por
el hombre y la adaptación al ambiente.
Veintiocho especies de animales domésticos son incluidos en la WWL-DAD:2, y
las ediciones siguientes incorporarán otras especies a medida que los datos
estén disponibles. Hay más de 40 especies de animales domésticos. Aunque este
número sea bajo, su impacto es sustancial: ellas contribuyen directa e
indirectamente en el 30 a 40% de la producción agrícola y alimentaria mundial.
Los animales son uno de los elementos fundamentales de la mayor parte de los
ecosistemas. Es bien conocido que la incorporación de animales dentro de las
especies vegetales, aumenta la producción y la productividad de la agricultura
sustentable en la mayoría de las condiciones de producción.
La diversidad genética animal permite a los agricultores seleccionar sus
rebaños o desarrollar nuevas razas en respuesta a los cambios ambientales, a la
amenaza de enfermedades, a los nuevos conocimientos de las necesidades
nutricionales del hombre, a la evolución de las condiciones del mercado o de las
necesidades de la sociedad, todos los cuales son altamente imprevisibles. Lo que
si puede ser predicho, son las demandas futuras de alimentación humana. Al ritmo
actual de crecimiento demográfico, durante el segundo decenio del siglo próximo,
el consumo de productos agrícolas y de alimentos será equivalente al de los
últimos 10000 años (HAMMOND y LEITCH, 1995). Esta necesidad será particularmente
aguda en los países en desarrollo donde se espera un 85% de aumento en la
demanda de alimentos.
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